viernes, marzo 17, 2006

C-O-R-T-O

Me permito reproducir un artículo de Quim Monzó de La Vanguardia de hoy. Algo parecido me pasa a mí, cuando con empeño y con todas las letras trato de explicar en Santiago que quiero un café C-O-R-T-O, que cuando crean que el café de la tazita parece corto, ya es demasiado largo, que no me enfadaré ni me sentiré estafado si el café no llega ni por asomo a la mitad de la taza. No lo logro. Siguen llegandome piscinas de café con tazas a punto de rebalsar. Bueno, les dejo con Monzó que es impagable.

Ni Epi ni Blas

EN LAS BUTACAS de mimbre los huéspedes leían revistas, charlaban sin prisa...

QUIM MONZÓ - 17/03/2006


Sucedió hace unos días - exactamente seis- en un hotel precioso, situado en una montaña, entre encinas y un río que, justo al llegar junto al edificio modernista en el que estoy, se precipita sobre las rocas y luego se remansa y se ensancha, lo que permite a unos cuantos patos reales evolucionar y torcer sus cuellos verdes antes de hundir el pico en el agua. Hace años, cuando acababan de convertir el edificio en un hotel, había también un pavo real que, a menudo, cuando le molestaba la gente, volaba hasta algún saledizo, pero ahora no lo veo.

En la terraza desierta había, hace seis días, cuatro o cinco tumbonas vacías. El tiempo - soleado pero frío- no invitaba a tumbarse. Era media tarde, entré en el restaurante, fui hasta el bar y me acodé en la barra. En las butacas de mimbre los huéspedes leían revistas, charlaban sin prisa, observaban la espuma del río. Al cabo de nada apareció un camarero sonriente. Le pregunté:

- ¿Tiene algún whiskey irlandés?

- ¡Sí...! Por ejemplo, éste: Glenmorangie.

- No, no. Le digo whiskey irlandés.

Sin abandonar su sonrisa, el camarero se giró hacia la estantería donde estaban las botellas de bebidas alcohólicas. Desde este lado de la barra yo no divisaba ninguna de irlandés, pero a veces sucede que, tras la primera fila - la de las botellas más solicitadas-, hay alguna que no se ve. El caso es que, viendo que el Glenmorangie no me complacía, leyó la etiqueta del que estaba justo al lado.

- ¿Cutty Sark?

- El Cutty Sark es escocés y yo le pedía un irlandés, porque son los que me gustan.

- Pues%